sábado, 29 de enero de 2011

6 sombreros para pensar

Tema. Las vanguardias artísticas.
Condicionantes. Programa para 6 horas (2h/semana). 1º ESO (25 alumnos). Centro de la periferia (ejemplo: Polígono Sur - IES Antonio Domínguez Ortiz).
Resolución. Se plantean 3 sesiones a razón de 2h/sesión y semana.
* 2 horas. La clase quedará dividida en 5 grupos de 5 alumnos a los que previamente se les habrá entregado, de forma individual, una ficha cuyo contenido se refiere a un autor de vanguardia en 15 de ellas y a movimientos artísticos predominantes en las 10 restantes. la dinámica se centrará en que, mediante unas sencillas preguntas propuestas por el profesor (para agilizar la marcha de la sesión), los alumnos deberán encontrar a sus contemporáneos teniendo en cuenta las características coincidentes en las fichas y observando la tendencia artística que se daba en su tiempo.
* 2 horas. Una vez agrupados los alumnos, estos tendrán que hacer una puesta en común con la información hallada en las fichas que se les entregaron en la sesión anterior, y exponer de manera sintética las características propias de su vanguardia o de su movimiento artístico predominante, según cada caso.
* 2 horas. Durante esta última sesión, se propondrá a los alumnos la realización de un ejercicio artístico libre, con los materiales que el propio centro proporcione, a fin de que, utilizando sus capacidades creativas y los conocimientos adquiridos en las últimas dos semanas, consigan crear su propia vanguardia.

En este caso concreto, se presentan multitud de cuestiones a comentar. La primera es que el papel del sombrero negro parece estar presente en casi todas las propuestas que se manifiestan, ya que la situación del centro, y también de la ZAEP en que se ubica, implica la existencia de problemas añadidos difíciles de solventar, aunque no imposibles. Al mismo tiempo, para los sombreros amarillo y verde, esta situación supone un reto. El rojo aporta soluciones a menudo idílicas, aunque con la guía de los sombreros azul y blanco pueden llegar a ser realmente factibles. En cualquier caso, creemos que la actividad propuesta se adapta a las necesidades de los alumnos con los que vamos a trabajar. Sin embargo, detectamos del mismo modo algunas carencias (justificadas con la falta de tiempo). Quizás la más llamativa sea la no inclusión (en la propuesta definitiva) de la realidad cultural en la que viven nuestros alumnos. En definitiva, la aportación y el trabajo de cada uno de los sombreros es igualmente importante e igualmente válido, por eso es preciso destacar que para el óptimo funcionamiento de la técnica 6 sombreros para pensar, es condición necesaria la participación activa de cada uno de los seis colores.

Una cuestión importante que llama la atención es que, al colocarnos el sombrero de un determinado color para adoptar un rol específico, ocurre que para cumplir los preceptos de dicho rol, muchas veces tenemos que reprimir las ideas para resolver el problema que, en realidad, pertenecen a otro sombrero. Esto nos lleva a pensar que la técnica es aún más valiosa si los participantes del problema se intercambian los sombreros pasado un tiempo y así experimentar las diferentes sensaciones e ideas de cada rol. De este modo, se abre un enorme abanico de posibles soluciones que habrá que valorar a posteriori para dar con una opción adecuada,  la que mejor se adapte a las necesidades de la situación a debatir.

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